martes, 20 de octubre de 2009

¿Como evitar la adicción?

Si te identificas con las características que se mencionan aquí, muy probablemente eres una adicta a las compras. Primero que nada, debes tomarlo en serio. Si quieres sanar esta patología emocional, comienza por seguir estos consejos, fundamentales para no basar tu autoestima en el materialismo y además no gastar más de lo que puedes:

Antes de salir de compras, determina cuánto dinero puedes y debes gastar. Pase lo que pase, nunca gastes más. Haz una lista con lo que realmente necesitas, así te será más fácil no salirte de tu presupuesto.

No lleves contigo la tarjeta de crédito, paga todo en efectivo, así es más difícil que sucumbas a las tentaciones.

No vayas de compras en temporada de rebajas, porque son una forma de engañarte. Es común que las tiendas primero suban sus precios y luego les apliquen los descuentos, para que termines pagando lo mismo o incluso más.

Cuando las tiendas estén cerradas, pasa frente a sus aparadores con una pluma y papel en mano, y apunta todo lo que te comprarías. Al día siguiente revísalo y te sorprenderás al ver que el 90% de lo que apuntaste en realidad no te interesa.

Si tu deseo de comprar es muy fuerte, sal a tomar un café con un amigo, a correr a un parque o al gimnasio. Lo importante es que hagas una actividad que te distraiga y te dé placer.

Evita ver canales de televisión donde pasen anuncios de telemarketing. Si te es imposible, pídele a alguien de tu familia que te bloquee esos canales con un código que desconozcas.

Si con ninguno de los consejos anteriores logras solucionar tu problema, es importante que vayas con un psicoterapeuta, porque aunque no lo creas, ser adicta a las compras habla de un problema grave de inseguridad en ti.

Las "shopaholics"

Es preocupante saber que el pasatiempo más común de las mujeres de hoy es ir de compras. Las adictas al shopping son muchas más de lo que podrías pensar, son millones y la gran mayoría son mujeres. El perfil de las adictas es el siguiente: mujeres entre los 20 y 40 años, trabajadoras, independientes, insatisfechas con su vida sentimental y sexual, que llenan sus ratos de ocio en los grandes centros comerciales al menos una vez por semana.

Los síntomas de las adictas a las compras son los clósets llenos de prendas sin estrenar, las deudas financieras y las compras ocultas a sus seres cercanos. La “shopaholic” se gasta el dinero destinado a la compra del mes, al seguro del coche o a la renta, en unas sandalias de Chanel o en un vestido de Armani, que no le hacen ninguna falta.

"Trailer" Confessions of a Shopaholic

Confessions of a Shopaholic



Hace varios meses atrás se estrenó la película norteamericana Confessions of a Shopaholic, que está basada en una serie muy popular de libros centrados en el personaje de Becky Bloomwood, que es una chica top que vive en Londres (en la peli se cambia por New York), tiene un departamento en el barrio más exclusivo, glamorosas amigas y un ropero con la última moda…

Aunque tiene un gran problema: no tiene los medios para pagar la vida que lleva. Y el filme cuenta la historia de esta chica que es adicta a las compras, protagonizado Isla Fisher, quien da vida a una fanática del shopping, que por supuesto debe mucho dinero en sus tarjetas de crédito. Lo más terrible es que su trabajo consiste en escribir consejos financieros en una revista especializada.

jueves, 15 de octubre de 2009

EVALUACION DE LOS PRODUCTOS QUE MAS COMPRAN LAS MUJERES



Cremas, perfumes y cosmeticos (33%)

Zapatos (33%)

Ropa (33%)

En esta actividad aparentemente no hay nada malo, siempre y cuando no se gaste el dinero que no tiene o se endeude más de la cuenta, pero el problema radica cuando vamos de compras para superar algún problema, frustración o simplemente estamos aburridas, ya que ese adquirir nos produce una emoción, alejando todos los males de nuestra cabeza.
Ir a los centros comerciales suele ser para muchas mujeres el panorama ideal. Pasar largas horas mirando las novedades en moda que ofrecen las vitrinas puede resultar fascinante, y mucho más si nos probamos todos los trajes y salimos cargadas de bolsas. Debemos reconocerlo, a veces adquirimos cosas que jamás usaremos, pero lo hacemos cautivadas por un embrujo del que es difícil escapar.